200 gr. De bacalao desmigado
1 diente de ajo
1 cebolla
Lata de pimientos del piquillo
Tomate frito
1 Pimientos choriceros
50 gr de calabaza
1 guindilla de Callena
Vino blanco
Aceite de oliva
Perejil
Pan rayado
Poner el bacalao a desalar en agua fría durante 36 horas en el frigorífico, cambiando el agua cada seis horas. Una vez desalados los trozos de bacalao dejarlos escurriendo, luego desmenuzarlos con los dedos.
El relleno:
Poner una pequeña cazuela con el aceite a fuego suave y añadir el diente de ajo muy picado y una guindilla de Callena, antes de que el ajo se empiece a dorar añadir media cebolla muy picada, dejar a fuego suave hasta que la cebolla esté pochada, añadiremos entonces el bacalao desmigado y lo tendremos al fuego durante cinco minutos removiendo de vez en cuando, añadimos la carne del pimiento choricero y removemos, añadimos una cucharada de tomate frito y cocinamos todo al fuego durante otros cinco minutos. Retiramos la guindilla de Callena, quitamos la cazuela del fuego y dejamos reposar.
La salsa:
Picar la otra media cebolla y el puerro en “brunoise” (picados en daditos pequeños)
En una pequeña cazuela pochar la cebolla en el aceite, cuando esté a punto añadir media copa de vino blanco, agregar el puerro y la calabaza, cocer hasta que la calabaza este blanda. Añadir al conjunto un poco de sal. Añadir al sofrito de la cazuela un pimiento del Piquillo y triturar todo con la batidora.
Los pimientos:
Poner en una cazuela de barro un chorrito de aceite, rellenar los pimientos con el bacalao e irlos colocando en dicha cazuela. Rociar con sal y un poco de Cayena molida.
Poner al fuego y cocinar los pimientos, a los dos minutos darlos la vuelta y tenerlos otros dos minutos. Añadir la salsa y tener al fuego dos o tres minutos.
Por último, unos minutos antes de sacar la cazuela a la mesa, espolvorear sobre la cazuela con pan rallado y perjil, poner encima unas finas láminas de mantequilla y gratinar al horno hasta dorar la superficie.
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