Conviene sacar los huevos del frigorífico media hora antes y agitarlos un poco para que la yema se centre.
En una cazuela poner a calentar agua suficiente para cubrir los huevos, añadir una cucharada de vinagre, cuando esté caliente pero sin hervir colocar los huevos con cuidado, con una cuchara, para que no se golpeen y se rajen. Mantener el agua muy caliente pero sin hervir y mover los huevos con cuidado para que la yema no baje y no se descentre. Transcurridos 9 minutos retirar del fuego y pasar por agua fría.
El vinagre ablanda la cáscara del huevo dificultando que se agriete, si pese a todo se agrieta, el vinagre cuaja la clara impidiendo que se salga de la cáscara.
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